jueves, 6 de diciembre de 2012

Transición a la democracia


La Transición a la democracia es el nombre por el que se conoce al período de la historia de Chile en el cual tiene lugar el restablecimiento pleno del funcionamiento de las instituciones democráticas a través del traspaso del poder político desde las Fuerzas Armadas y de Orden, encabezadas por el Comandante en jefe del Ejército, general Augusto Pinochet, hacia el Presidente democráticamente elegido, Patricio Aylwin, finalizando de este modo el Régimen Militar. Aún no existe consenso entre los historiadores respecto a si este período continúa hasta la actualidad o ya ha finalizado.
Desarrollo



El retorno de los exiliados (o el voto y la integración de estos) será una de los temas no superados del periodo.
Tras la derrota de Augusto Pinochet en el plebiscito de 1988, la constitución fue enmendada para facilitar prohibiciones para futuras enmiendas a la constitución, crear más escaños en el senado, disminuir el rol del Consejo de Seguridad Nacional e igualar el número de miembros civiles y militares (cuatro miembros cada uno). Muchos entre las clases políticas de Chile consideran éstas y otras provisiones como "enclaves autoritarios" de la constitución y se han presionado para reformarlas.
En diciembre de 1989 se efectúa la elección que comenzaría el régimen democrático. El demócrata cristiano Patricio Aylwin, como el candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia (DC, PS, PPD, PRSD), se enfrenta con Hernán Büchi, candidato de la coalición Democracia y Progreso (UDI-RN), siendo electo presidente el demócrata cristiano, seguido de Büchi y, en tercer lugar, el candidato populista de centroderecha Francisco Javier Errázuriz Talavera, abanderado de un movimiento instrumental llamado Unión de Centro Centro. En febrero de 1991, la Comisión Verdad y Reconciliación, establecida un año antes por Aylwin, lanzó su informe de Violaciones a los Derechos Humanos durante el período del gobierno militar, conocido como el Informe Rettig (debido al el ex-senador Raúl Rettig, presidente de la comisión).
En la elección de 1993, Arturo Alessandri Besa de la Unión Demócrata Independiente se enfrenta al candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia,Eduardo Frei Ruiz-Tagle del Partido Demócrata Cristiano, quien fue electo presidente por un período de 6 años y asumió el mando en marzo de 1994.1
La elección presidencial del año 1999 se llevó a cabo el 12 de diciembre de 1999, pero ninguno de los seis candidatos obtuvo una mayoría, la cual llevó a una segunda vuelta sin precedentes el 16 de enero de 2000. Ricardo Lagos Escobar, del Partido Socialista y del Partido por la Democracia (PPD) llevó a la Concertación a una estrecha victoria contra el candidato de la Alianza por Chile Joaquín Lavín de la Unión Demócrata Independiente (UDI), con el 51.32% de los votos, solo un voto por mesa sufragadora, siendo el porcentaje adquirido por Lavín el más alto que ha obtenido la derecha en Chile el siglo XX. Juró el 11 de marzo de 2000 por un período de 6 años.
El 11 de diciembre de 2005 se llevó a cabo la elección presidencial para el período 2006-2010, un período de sólo 4 años, ya que la reforma a la Constitución lo disminuyó. Para esa ocasión, la Alianza por Chile llevó a dos candidatos: Joaquín Lavín Infante (UDI) y Sebastián Piñera Echenique (RN). Por su parte, la concertación optó por primera vez en su historia candidatear a una mujer, Michelle Bachelet Jeria. Además la izquierda-extraparlamentaria por su coalición Juntos Podemos Más, llevó de Candidato a Tomás Hirsch Goldschmidt.
En esta votación ninguno de los candidatos consiguió la mayoría absoluta de los sufragios válidamente emitidos, por lo que los dos candidatos con mayor votación se tendrían que enfrentar en una segunda vuelta el 15 de enero del 2006. De esta manera, Piñera y Bachelet se tuvieron que enfrentar en una segunda votación en la cual por un 6% de distancia ganó la candidata concertacionista, la cual ejerce el 11 de marzo del mismo año.
Además de su asociación con el Mercosur, en el 2002 Chile firmó un acuerdo de asociación con la Unión Europea (comprendiendo acuerdos ALC, políticos y culturales), en 2003, un extenso tratado de libre comercio con los Estados Unidos, y en 2004 con Corea del Sur, esperando un boom en la importación y exportación de productos locales y convertirse en un centro comercial regional.
[editar]Relaciones cívico-militares

Sin dudas este es uno de los puntos más difíciles del período de la Transición: si bien el proceso es pactado, desde el momento de las reformas de 1989, no estuvo exento de asperezas entre el poder político y el mando militar. Es menester recordar que el General Pinochet debía permanecer en la comandancia en Jefe del Ejército hasta 1998, por lo que siempre seguía presente en la política chilena como un actor relevante y casi como líder de la oposición. Si bien se debe reconocer que en términos personales no había problemas entre Aylwin y Pinochet, distinta es la situación entre el General y el primer Ministro de Defensa de la Concertación, Patricio Rojas, con quien en variadas ocasiones se encontró en puntos de conflicto.


Autoridades civiles y militares en la Parada Militar de 2003.
En el gobierno de Patricio Aylwin son varios los momentos en que la democracia chilena se vio amenazada. El primero de ellos es el llamado Ejercicio de Enlace, en noviembre de 1990, en que, tras una investigación realizada por el Consejo de Defensa del Estado al primogénito de Pinochet, el Ejército se acuarteló y empezó a realizar en las afueras de varias ciudades distintas maniobras, bajo la causal de ejercicios rutinarios, los cuales, sin embargo, crisparon a la sociedad política. Tras tres días de acuartelamiento, las maniobras fueron finalizadas en normalidad, debido a negociaciones sostenidas entre quien era considerado la mano derecha de Pinochet, el general Jorge Ballerino y el Ministro Secretario General de Gobierno de Aylwin, Enrique Correa Ríos.
Posteriormente el asesinato del senador de la UDI Jaime Guzmán, en abril de 1991 a manos del FPMR, y los funerales en que las autoridades de gobierno fueron abucheadas, mientras que Pinochet fue aclamado casi como héroe al cargar el ataúd del fallecido senador, significaron otro punto de tensión que significó, incluso, la presentación de la renuncia del Ministro del Interior, Enrique Krauss, la cual fue rechazada por Aylwin.[cita requerida]
En 1992, La Dirección de Inteligencia del Ejercito (DINE) fue descubierta interceptando llamadas del Presidente Aylwin, además de Senadores presidenciales como Sebastian Piñera, al cual se le interceptó una llamada relacionada con la candidatura de Evelyn Matthei. El hecho salió a la luz cuando en un Programa de Televisión donde Ricardo Claro hizo publica la llamada, en lo que se llama el Kiotazo o Piñeragate.
El tercer momento de tensión se da en el invierno de 1993, cuando nuevamente a raíz de la investigación a los fondos del hijo mayor de Pinochet, el Ejército se acuartela nuevamente, en un episodio conocido como el "Boinazo", en el que además la plana mayor del Ejército se mostró ante las cámaras de televisión en uniforme de combate. Nuevamente la intervención de la dupla Ballerino-Correa puso fin al entuerto, no sin antes seguir minando la autoridad del Ministro Rojas. Sin embargo, al producirse el cambio de mando de Aylwin a Frei, las relaciones cívico-militares también tuvieron un cambio hacia la distensión, al ponerse en el Ministerio de Defensa a un hombre mucho más conciliador que Rojas, Edmundo Pérez Yoma.
Entre Pinochet y Pérez Yoma la relación personal era buena, y ello influyó en el mejoramiento de las relaciones con el Ejército, pese a que nuevamente volvió la polémica al abandonar Pinochet la comandancia en Jefe para asumir como Senador vitalicio. En dicha ocasión, un país dividido observó como finalmente Pinochet ingresó a la Cámara alta.
A partir de la comandancia de Ricardo Izurieta, y con mayor fuerza durante la de Juan Emilio Cheyre (2002-2006), las relaciones cívico-militares han ido progresivamente siendo más estrechas.
[editar]Controversia sobre su alcance



Los presidentes de Chile durante la transición (de izq. a der.): Ricardo Lagos, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Michelle Bachelet y Patricio Aylwin.
Algunos sectores postulan que la Transición a la democracia es un período histórico ya finalizado, entendiéndolo como el paso desde el gobierno de Augusto Pinochet a la democracia plena. Mientras algunos limitan la transición al gobierno de Patricio Aylwin, otros han tomado como hito del fin de este período a las 54 modificaciones realizadas a la Constitución de 1980 en el año 2005, durante el gobierno de Ricardo Lagos.2 De hecho, el propio Lagos afirmó tras las reformas constitucionales que "Ahora podemos decir que la transición en Chile ha concluido".3 Otros dicen que a raíz del triunfo electoral de Sebastián Piñera, que significó el recambio de la Concertación por la Coalición por el Cambio, y el Gobierno de Piñera que representa a la derecha con probada vocación democrática y cuyo líder se reconoció opositor al régimen castrense, se está ante un nuevo escenario político, definitivamente "post-pinochetista". El triunfo de la centro-derecha vendría a significar que los dos sectores políticos mayoritarios pueden aspirar a la primera magistratura y, de esta manera, identificarse plenamente con la república democrática.4
Por otro lado, quienes dicen que este proceso no ha finalizado, afirman que para dar por cumplida la Transición, y de este modo dar paso a una democracia, era necesario juzgar a los responsables del régimen, lo que no ocurrió, pues Augusto Pinochet falleció impune.5 Otros afirman que la Transición sólo finalizará cuando todos los sectores involucrados asuman las responsabilidades respecto a lo ocurrido régimen militar, y cuando realmente exista una reconciliación entre las partes.6
Sin embargo, hay quienes aseguran que la Transición no existe como período histórico. Entre ellos está el historiador Alfredo Jocelyn-Holt, quien postula que aún se vive en dictadura, al estar regidos por la Constitución de 1980, forjada durante el Régimen Militar, y validada además (mediante reformas) por los gobiernos de la Concertación, garantizando de este modo la supremacía del poder militar aún bajo el título de democracia.7
Otros aseguran que hay que llegar a un consenso respecto al sistema electoral que se usa para las elecciones parlamentarias, haciendo una reforma al sistema binominal, que es un sistema que a fomentado el establecimiento de dos bloques políticos mayoritarios (la Concertación y la Alianza por Chile) a expensas de la exclusión de grupos políticos no mayoritarios.
Sin embargo, existe una postura que sostiene que la transición a la democracia, ya ha culminado, con el fallecimiento de Augusto Pinochet Ugarte, en el año 2006. Ello, se sostiene en virtud a que los partidos de la Concertacion, estaban unidos en torno a la oposición a la figura del ex dictador, por lo que su posterior fallecimiento, posibilitaría que tal coalición de partidos de centro e izquierda ya no tenga una verdadera utilidad sin su mayor enemigo politico.

Dictadura Militar


El Plebiscito nacional de 1988 fue un referéndum realizado en Chile el miércoles 5 de octubre de
1988, durante el Régimen Militar. Este plebiscito se llevó a cabo en aplicación de las disposiciones
transitorias (27 a 29) de la Constitución Política de 1980, para decidir si Augusto Pinochet seguiría
en el poder hasta el 11 de marzo de 1997.

Del total de votos válidos,1 el resultado fue de 44,01% por el «Sí» y de 55,99% por el «No» —del
total de votos escrutados, el «Sí» obtuvo el 43,01% y el «No», el 54,71%—.2 El universo electoral
habilitado para votar ascendió a 7 435 913 personas.[cita requerida]

Conforme a las disposiciones transitorias de la Constitución, el triunfo del «No» significó la
convocatoria de elecciones democráticas conjuntas de presidente y parlamentarios al año
siguiente, que conducirían al fin de la dictadura y el comienzo del periodo conocido como
transición a la democracia.

Origen del plebiscito

La bandera de la Concertación de Partidos por el No llevaba el arco iris, principal símbolo de la
oposición al Régimen Militar chileno.

La Constitución Política de 1980 estableció un periodo transitorio, que se extendía desde su
entrada en vigencia, el 11 de marzo de 1981, hasta el término del mandato presidencial de
Augusto Pinochet de ocho años, establecido nominativamente por ella (disposición transitoria
decimocuarta).3

En conformidad al texto constitucional, con al menos noventa días de anticipación a la fecha
en que debía cesar en su cargo, es decir, el 11 de marzo de 1989, los comandantes en jefe de
las Fuerzas Armadas y el General Director de Carabineros, o a falta de unanimidad de ellos el
Consejo de Seguridad Nacional integrado además por el Contralor General de la República, debían
proponer al país una persona para ocupar el cargo de Presidente de la República durante el
periodo siguiente, sujeto a la ratificación de la ciudadanía mediante un plebiscito (disposición
transitoria vigesimaséptima).3

Los efectos del resultado de dicho plebiscito serían las siguientes:

Si ganaba la opción «Sí», es decir, se aprobaba el candidato propuesto, el Presidente así electo
asumiría el cargo el mismo día en que debía cesar el anterior y por un periodo de ocho años,
entrando en plena vigencia las normas permanentes de la Constitución, salvo en lo siguiente:
nueve meses después se debía convocar a elecciones generales de senadores y diputados y, en
el intertanto, la Junta de Gobierno seguiría ejerciendo la función legislativa, hasta la instalación
del Congreso Nacional. Esta se realizaría tres meses después de la convocatoria a elecciones
parlamentarias.

Si ganaba la opción «No», es decir, no se aprobaba el candidato propuesto, el periodo
presidencial de Augusto Pinochet se prorrogaría por un año más, al igual que las funciones de la
Junta de Gobierno, y vencido dicho plazo tendrían plena vigencia las normas permanentes de la
Constitución. Para esos efectos, noventa días antes de la expiración de la prórroga del mandato
presidencial, se debía convocar a elección de Presidente de la República y de parlamentarios.

Hacia el plebiscito

Tribunal Calificador de Elecciones

Durante el año 1985 se suscitó un importante debate acerca de las condiciones en que se
realizaría el plebiscito de aprobación o rechazo del candidato que se propondría como Presidente
para el periodo 1989-1997, de acuerdo a la norma transitoria vigesimaséptima de la Constitución.

El artículo 84 de la Constitución relativo al Tribunal Calificador de Elecciones, comenzará a
regir en la fecha que corresponda de acuerdo con la ley respectiva, con ocasión de la primera
elección de senadores y diputados, y sus miembros deberán estar designados con treinta días de
anticipación a esa fecha

Disposición transitoria decimoprimera de la Constitución de 1980[cita requerida]

De la letra de la norma transitoria undécima resultaba que la consulta plebiscitaria podría
efectuarse antes que entrara en funcionamiento el Tribunal Calificador de Elecciones, establecido
en las normas permanentes del texto constitucional, puesto que el plebiscito debía realizarse
antes de la primera elección parlamentaria. Ello implicaba que este tribunal, aparentemente,
no estaba llamado a controlar el referéndum y, eventualmente, tendría que crearse un órgano
gubernamental ad-hoc para su calificación.

Basándose en dicha lectura, el proyecto de ley orgánica constitucional sobre el Tribunal Calificador
de Elecciones, sometido al Tribunal Constitucional por la Junta de Gobierno establecía en el
artículo final que "El artículo 84° de la Constitución Política y la presente ley entrarán en vigencia
sesenta días antes de la fecha en que debe realizarse la convocatoria a la primera elección de
senadores y diputados" y en el artículo primero transitorio que "Para los efectos de la primera
designación de los miembros del Tribunal Calificador de Elecciones, el pleno extraordinario (de
la Corte Suprema para elegir los miembros del tribunal) a que se refiere el artículo 2° de esta ley,
deberá realizarse con treinta días de anticipación, a lo menos, a la fecha en que debe realizarse la
convocatoria a la primera elección de senadores y diputados".

Sin embargo, el Tribunal Constitucional pronunciándose sobre dicho proyecto en la sentencia
Rol Nº 33, de 24 de septiembre de 1985, por cuatro votos contra tres, estimó que dichas
normas eran inconstitucionales, y por ende, debían ser eliminadas del proyecto de ley, pues
sólo una interpretación literal, y con prescindencia del resto de las disposiciones de la Carta
Fundamental, conduciría a pensar "que el artículo 84° de la Constitución y las normas legales
que lo complementan entrarán a regir, sin excepciones ni limitaciones de ninguna especie,
en la fecha que señale la ley orgánica constitucional respectiva, con motivo de la primera
elección de diputados y senadores" (considerando 8º) y que dicha "rígida interpretación del
texto constitucional resulta inadmisible, porque ella está en pugna o contradice el artículo
permanente y las disposiciones transitorias de la Carta Fundamental" que a continuación se
señalan (considerando 9º):

"a) el artículo 18, que establece el "sistema electoral público;

b) la disposición transitoria vigésima séptima, inciso final, que dispone la realización de
un plebiscito para que la ciudadanía se pronuncie sobre la proposición de la persona que
desempeñará el cargo de Presidente de la República, en el próximo período presidencial;

c) las disposiciones transitorias decimoctava, letra A), y vigésima primera, letra d), al establecer
que, durante el período a que se refiere la decimotercera disposición transitoria y hasta que
entren en funciones el Senado y la Cámara de Diputados, las reformas constitucionales que se
acuerden sólo tendrán eficacia si son aprobadas por un plebiscito".

En consecuencia, dicho proyecto de ley, sin incluir los preceptos declarados inconstitucionales, se
convirtió en la ley 18460, Orgánica Constitucional del Tribunal Calificador de Elecciones, de 15 de
noviembre de 1985.
A pesar del rechazo inicial a lo planteado por la Constitución, debido al debate sobre su
legitimidad o ilegitimidad, la oposición al gobierno aceptó participar en el proceso.

El martes 2 de febrero de 1988, trece organizaciones opositoras acordaron llamar a votar «No»
en el plebiscito y a crear unas «condiciones mínimas suficientes de limpieza que eviten
descalificarlo». Así se creaba la Concertación de Partidos por el No, antecedente directo de la
Concertación de Partidos por la Democracia.

El miércoles 31 de agosto del mismo año, tras conocerse la nominación de Pinochet, diecisiete
partidos políticos (Democracia Cristiana, MAPU, MAPU-OC, PADENA, Partido Humanista, Izquierda
Cristiana, Unión Liberal Republicana, Los Verdes, Partido Nacional por el No, Partido Radical,
Radical Socialista Democrático de Luengo, Socialdemocracia, Socialista-Almeyda, Socialista-Núñez,
Socialista Histórico, Socialista Mandujano, USOPO y Partido por la Democracia) expresaron en
el documento Principios básicos de institucionalidad democrática que «[e]l triunfo del NO en el
plebiscito será el punto de partida de un proceso que permitirá reconstruir en Chile un verdadero
régimen democrático».

Por primera vez en la historia nacional, se realizaron franjas televisivas para ambas posiciones
políticas. A un mes del referendo, el lunes 5 de septiembre a las 23:00, aparecieron los primeros
spots, de 15 minutos cada uno.

Al poco tiempo, se notó la superioridad técnica de la franja del «No». La franja de la oposición
superaba en todos los aspectos a la del «Sí»:

Los resultados [de la campaña] fueron lamentables. Al cabo de muy pocos días nadie pudo
ignorar la evidente superioridad técnica de la franja del «No»: mejor construcción argumental,
mejores filmaciones, mejor música. Su melodía característica, en torno a la frase «La alegría
ya viene», era tan pegajosa, que hasta los creativos de la Campaña del Sí en sus reuniones de
brainstorming la tarareaban inconcientemente.

Sergio Fernández, ministro del Interior.

El logotipo de la Concertación era un arco iris, que buscaba simbolizar la unión de todos los
aspectros políticos opositores y el deseo de un futuro mejor. A pesar que la campaña presentaba
crudos relatos de las violaciones de los derechos humanos, la campaña tenía características
positivas, tratando de resaltar que el triunfo del «No» no implicaría necesariamente un gobierno
socialista, como el de Salvador Allende.

Por otro lado, el «Sí» planteaba por una parte una estrategia centrada en resaltar la crisis ocurrida
durante el gobierno de la Unidad Popular, al tiempo que trataba de mostrar un rostro democrático
y amable del General Pinochet, que era visto como un militar rígido y severo. Con jingles y
canciones alegres se mostraban a los músicos y personalidades famosas más importantes de la
década de 1980, además de resaltar los progresos económicos ocurridos durante el gobierno de
Pinochet.

Dentro de ambas campañas brilló la presencia de múltiples personajes de la época. Dentro de la
campaña del Sí, aparte de los rostros políticos de derecha, hicieron parte de la franja televisiva:
Marcelo Hernández (el Tío Marcelo de Cachureos), José Alfredo Fuentes y los deportistas Patricio
Cornejo, Hans Gildemeister y Elías Figueroa.4

Los comandos políticos también movilizaron a las masas: el día jueves 22 de septiembre el «No»
dio inició a la «Marcha de la Alegría», que completó 10 días con cientos de miles de personas en
interrumpidas manifestaciones y concentraciones, partiendo desde Arica y Puerto Montt para
converger en Santiago. El «Sí», en tanto, respondió el día domingo 2 de octubre, al día siguiente de
la llegada de la marcha a Santiago. Con esos dos actos terminó oficialmente la campaña.

Los rumores de un eventual boicot al plebiscito comenzaron a tomar fuerza debido a un extraño
apagón ocurrido en la noche del martes 4 de octubre. Días antes, incluso los gobiernos del Reino
Unido y Estados Unidos estuvieron al tanto de una posible suspensión del referendo, los que se
contactaron con Pinochet, el que prometió reconocer los resultados de la votación. Esa noche del
Apagón Nacional, Radio Cooperativa canalizó la información desde el momento en que comenzó el
Apagón.

En la mañana, una tensa calma predominó en las más de 22.000 mesas abiertas a lo largo del
país, parar recibir a los más de 7.435.913 votantes. Pinochet vota en la mesa ubicada en el
Instituto Nacional a las 10:10 horas. Diez minutos después, el subsecretario del Interior, Alberto
Cardemil entrega el primer informe desde el Edificio Diego Portales, donde se ubicaba el centro de

cómputos del Gobierno: 8000 mesas estaban constituidas a esa hora. Dicha información comienza
a preocupar a la Oposición, pues sus reporte contienen cifras muy superiores al 40% de mesas que
ha informado Cardemil. Una hora después, el Gobierno informa que un 75% de mesas abiertas y el
Comando del No responde con cifras superiores al 90%.
Tras el triunfo del «No» en el plebiscito, la Concertación propició una reforma constitucional, que
permitiera una «transición consensual a la democracia» y superar el debate sobre la legitimidad
de la Constitución, realizándola conforme al mecanismo contenido en ella, que implicaba, dentro
de dicho periodo transitorio, ser ratificada en un plebiscito. En definitiva, tras un acuerdo entre
gobierno y oposición, se realizó una reforma sometida a un plebiscito, que se llevó a cabo el
domingo 30 de julio de 1989.

En diciembre del mismo año se realizaron las elecciones presidencial y parlamentaria, donde fue
electo como Presidente de la República Patricio Aylwin, iniciándose el período de la historia de
Chile conocida como transición a la democracia

Dictadura c:

Una dictadura militar es una forma de gobierno autoritario en la cual, en mayor o menor grado,
las instituciones ejecutivas, legislativas y jurídicas son controladas por las fuerzas armadas que
impiden cualquier forma de control democrático.

Suelen originarse como consecuencia de la supresión del sistema de gobierno existente hasta
entonces tras un pronunciamiento militar o golpe de estado.

Las dictaduras militares generalmente han justificado su presencia en el poder como una manera
de traer la estabilidad política para la nación o de rescatarla de la amenaza de "ideologías
peligrosas". Los regímenes militares tienden a retratarse como independientes, como un
partido "neutral" que proporciona una dirección interina apartidista en épocas de la agitación, al
tiempo que presentan a los políticos civiles como corruptos e ineficaces.[cita requerida]

Una de las características casi universales de un gobierno militar es la institución de la ley marcial
o de un estado de la emergencia permanente, mediante la cual se eliminan todas las garantías
jurídicas que protegen a las personas contra el abuso del Estado. Los regímenes militares
generalmente no respetan los derechos humanos[cita requerida] y utilizan la fuerza y la represión
para silenciar a los disidentes y opositores políticos..

Republica Presidencial


República Presidencial (Chile)
La República Presidencial es el periodo, de la historia de Chile comprendido entre la aprobación de la Constitución de 1925 el 18 de septiembre de 1925, bajo el gobierno de Arturo Alessandri Palma, hasta la caída del gobierno de la Unidad Popular, dirigido por el presidente Salvador Allende (el 11 de septiembre de 1973).
Inicios y Anarquía

Una vez que Arturo Alessandri Palma obtuvo la aprobación de la nueva constitución, se vio enfrascado en una agria polémica con su entonces popular ministro de defensa, el coronel Carlos Ibáñez del Campo. Alessandri había vuelto del exilio con el fin de dar término a su período presidencial. La reforma de la constitución lo había convencido de la necesidad de presentar un candidato único a la presidencia de la república. Pese a lo anterior, las ambiciones personales de Ibáñez pesaron, y él –en contra de la opinión de su presidente- apoyó un manifiesto de varios partidos políticos que apoyaba su propia candidatura. Ante estos hechos, y dado que parecía una candidatura oficial, el gabinete renunció en plena polémica.

Frente a esta situación Ibáñez presionó al presidente recordándole que sólo podría gobernar emitiendo decretos con su firma, ya que era el único ministro del gabinete. Pese a que era técnicamente correcto, Alessandri no soportó la extorsión, designó a Luis Barros Borgoño como Ministro del Interior, y renunció por segunda vez a la presidencia el 2 de octubre de aquel año.

Los Gobiernos Radicales (1938-1952)

Artículo principal: Gobiernos Radicales.
El Partido Radical chileno tenía su base ideológica en los principios igualitarios de la Revolución francesa. Sus base de actuar política se centraba en sus postulados de libertad, igualdad, solidaridad, participación y bienestar. Nacido a mediados del siglo XIX como una respuesta a la alternancia liberal conservadora en los gobiernos de Chile, se encargó de representar de la mejor forma a la naciente clase media, surgida en base al desarrollo económico y el crecimiento del Estado. Su triunfo como coalición en el Frente Popular lo llevó a la cima del poder, pese a que lo largo de su gobiernos sus coaliciones fueron débiles y no tendieron a durar.

El nacimiento de la política de masas (1952-1964)

El período histórico chileno comprendido entre la segunda elección de Carlos Ibáñez del Campo y la asunción a la presidencia de Eduardo Frei Montalva comprende una época de transición política económica.
En efecto, producto de las políticas proteccionistas de los gobiernos radicales y sus predecesores, se desarrolló una variada (pero no muy fuerte) industria nacional. Esto provocó un cambio profundo en la estructura económica del país, puesto que por primera vez la agricultura dejó de ser el mayor sector productivo, en beneficio de la minería, la industria y un primitivo sector de servicios.

Por otra parte, la elección presidencial de 1952 presentó un claro esquema político dividido en tres sectores bastante claros, en particular con el surgimiento de un gran partido de centro, como el Partido Demócrata Cristiano, que aglutinó a un amplio espectro de personalidades. Además, por primera vez las mujeres participaron en igualdad de condiciones con los hombres al momento de emitir su voto al igual que en la oportunidad de ser candidatas a cualquier cargo de elección popular.
Revolución y democracia

Después de casi cincuenta años de funcionamiento de la Constitución Política de 1925, por primera vez entraba al escenario político un partido nuevo, con serias pretensiones de trascender en la Historia de Chile. El Partido Demócrata Cristiano inició un proceso de grandes cambios que repercutirían largamente en el país. Por su lado, en septiembre de 1970, después de cuatro intentos, llega a la presidencia de la República el primer militante de un partido de izquierda y marxista declarado, Salvador Allende.
La "Revolución en libertad" y la "Vía chilena al socialismo" fueron las bases programáticas que llevaron adelante los partidos y las coaliciones que la sustentaban. En materia económica significó que por primera vez se estableció una clara preponderancia de la actividad empresaria del Estado dentro de la vida económica, vía industrias ya existentes o previa nacionalización de otras (como la Gran Minería del Cobre). Por su parte, la oposición liberal-conservadora (permanentemente unida en el Partido Nacional) combatió los cambios dentro y fuera de la escena política.
La aceleración de los procesos de cambio social, el debate, la discusión y la violencia nunca estuvieron tan presentes en la vida diaria de Chile como en el período comprendido entre 1964 y 1973, que genera apasionados debates hasta la actualidad.
Golpe de Estado en Chile de 1973
Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973

Bombardeo al Palacio de La Moneda
Contexto del acontecimiento
Impulsores    Fuerzas Armadas
CIA
Gobierno de Estados Unidos1 2
Partido Nacional
y un sector de la Democracia Cristana
Motivos          Crisis política, social y económica, gran cantidad de expropiaciones, violencia callejera
Influencias ideológicas de los impulsores        Anticomunismo
Gobierno previo
Gobernante  Salvador Allende (Presidente)
Forma de gobierno República presidencial
Gobierno resultante
Gobernante  Junta Militar
Forma de gobierno Gobierno Militar
El golpe de Estado acaecido en Chile el 11 de septiembre de 1973, fue una acción militar llevada a cabo por la Fuerzas Armadas y Carabineros para derrocar al presidente socialista Salvador Allende y al gobierno izquierdista de la Unidad Popular. A ello le precedió un periodo de alta polarización política y convulsión económica y social. Los militares contaron con el apoyo de la derecha política y también de un sector del Partido Demócrata Cristiano.
El golpe fue planeado inicialmente por un sector de la Armada de Chile, con el apoyo de los Estados Unidos.3 Posteriormente, se agregaron generales de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. El comandante en jefe del ejército, Augusto Pinochet, asumió la dirección del complot. También hubo influencia de parte de varios grupos de poder nacionales e internacionales, entre los que destacó el presidente Nixon,4 5 n 1 el vicepresidente de EE. UU., Gerald Ford, George H. W. Bush y la CIA.n 2
Marco histórico

La existencia de intervención extranjera en Chile se enmarca en un contexto mundial en que Estados Unidos consideraba como prioritario impedir el avance del marxismo y el socialismo en América Latina. Sin embargo, considerando la polarización política local y el desempeño del gobierno de la Unidad Popular, no existe consenso académico sobre si dicha intervención (expresada fundamentalmente en apoyo económico a medios de comunicación, partidos políticos y organizaciones opositores) jugó o no un papel determinante en el desarrollo de los acontecimientos.
Nixon, apenas asumido, ordenó derrocar a Allende mediante el Proyecto FUBELT, más conocido como Track II.6
Una serie de documentos desclasificados de la Casa Blanca publicados en 2009 revelaron que Nixon, durante su gestión, ofreció dinero y ayuda discreta al dictador brasileño Emilio Garrastazu Médici para influir a las fuerzas armadas chilenas con el fin de derrocar a Allende.7
De acuerdo con papeles oficiales secretos divulgados por la organización no gubernamental National Secret Archives, Nixon le preguntó a Garrastazu Médici, en un encuentro en la Casa Blanca el 9 de diciembre de 1971, si los militares chilenos eran capaces de derribar a Allende, a lo cual Garrastazu le respondió que sí y «dejó claro que Brasil estaba trabajando con ese objetivo».7
Eufemismo

Quienes apoyan al golpe de estado lo denominan pronunciamiento militar, entendiéndolo como un pronunciamiento o deliberación natural de las fuerzas armadas respecto de situaciones históricas nacionales. Los detractores de los acontecimientos lo califican de golpe militar. Ambos conceptos se corresponden con lo que la teoría política denomina golpe de Estado.
El 11 de septiembre

[editar]Valparaíso
El 10 de septiembre, a las 16:00 horas, zarpa la escuadra, tal y como estaba previsto, ya que debe participar en las maniobras navales internacionales UNITAS XVI. Mientras el Ejército se acuartela. La razón dada: el probable desafuero de Altamirano y Garretón el día 11. Este desafuero, según explicó Pinochet al Ministro de Defensa Orlando Letelier, podía causar disturbios, por lo que se hacía necesario el acuartelamiento.
En la madrugada del 11 de septiembre, la escuadra reaparece en Valparaíso y las fuerzas armadas toman la ciudad. El prefecto de Valparaíso, Luis Gutiérrez, realiza una llamada por el único teléfono que funciona en el puerto, el suyo (línea dejada libre a propósito por los golpistas), para avisar al subdirector de Carabineros, general Jorge Urrutia, que la infantería de marina está en las calles y ha empezado a tomar posiciones de combate. Urrutia telefonea al presidente, que se encuentra en su residencia de Tomás Moro. Allende, calmado, pide ubicar a Pinochet y a Leigh, pero son inubicables.
[editar]Santiago
A las 7:20, Allende, en su automóvil Fiat 125, y el GAP se enfilan hacia La Moneda, al que llegan veinte minutos después.
Viste Allende una chaqueta de tweed y un pantalón marengo. Carga con un fusil AK-47, regalo de Fidel Castro, y el GAP ingresa al palacio de gobierno dos ametralladoras y tres RPG-7, además de sus armas personales.
Paralelamente llega a esas horas Pinochet al comando de telecomunicaciones, en Peñalolén, con capacidad de anular las comunicaciones de algunas emisoras de radio, un poco retrasado en la hora. Se organizan las redes de comunicaciones con las demás ramas de las Fuerzas Armadas, especialmente con Leigh, que se encuentra en la Academia de Guerra Aérea, y con Patricio Carvajal que esta en el ministerio de defensa, que será el coordinador de todo el golpe.
Allende trata de obtener información sobre el movimiento, al no poder contactar a Pinochet exclama, "Pobre Pinochet, debe estar preso". Sepúlveda, director general de Carabineros llega a La Moneda, y le asegura que Carabineros le seguirá fiel al gobierno. Lo ignora, pero Carabineros ya estaba controlado por los generales César Mendoza y Arturo Yovane.
Allende emitirá a continuación su primer mensaje del día a la nación, en el que advierte la sublevación de un sector de la marinería. No llama al pueblo a las armas ni a la violencia, sino que a la prudencia. Allende se queda en palacio junto al dispositivo de seguridad del GAP, sus médicos personales, algunos colaboradores cercanos, su secretaria personal, como también se encontraban en La Moneda detectives de Investigaciones de Chile, actual PDI, al mando del Inspector Seoane, seguido de los detectives Quintín Romero, Eduardo Elis, David Garrido, detective Medina, entre otros, quienes pese a que Allende anteriormente los había dejado en libertad de acción, no abandonaron el lugar, aduciendo que quedarse a defender el palacio, era cumplir con el deber.
[editar]Primera proclama golpista
A las 8:42, la «Cadena Democrática», formada por las radios Minería y Agricultura, emite la primera proclama militar. Allende debe hacer entrega inmediata de su cargo a la junta de gobierno, integrada por los jefes supremos de las fuerzas Armadas: Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza —los dos últimos recién acababan de tomar las jefaturas supremas de sus ramas, Armada y Carabineros respectivamente—.
Aún a esa hora, las cadenas de reacción de la UP en la periferia de la ciudad no se habían agrupado, cosa que les pareció sorprendente a los oficiales de las FF. AA. que tenían conocimiento de ellas a través de los informes de inteligencia, de la prensa y de los mismos sectores de izquierda que aseguraban tener estos grupos de reacción provistos de armamento liviano. A las 11:00 horas la mayoría de estas cadenas habían sido anuladas por personal de Carabineros o de las FF. AA., siendo la única sin desarticular la unidad perteneciente a La Legua, que sorpendió y repelió a las fuerzas de Carabineros encargadas de anularlas
Consecuencias inmediatas del golpe



Quema de libros, revistas y periódicos políticos después del golpe militar.
Se declaró el toque de queda en todo el territorio nacional a partir de las 15 horas del 11 de septiembre de 1973, se permitió a los civiles previo control abandonar el centro de las ciudades y dirigirse a sus casas. En Santiago, inmediatamente las instalaciones de las radios Portales, Magallanes y Corporación, todas las estaciones de TV excepto Canal 13 fueron silenciadas y sus operadores, locutores y directores detenidos a las 13.30 horas y llevados al Banco del Estado de Chile. Los diarios Clarín, El Siglo y otros fueron allanados y sus prensas destruidas.
En las zonas rurales se detuvieron a muchos dirigentes de la Reforma Agraria, muchos fueron ejecutados en el lugar de detención. La colonia alemana benefactora Villa Baviera, ubicada en la zona central, sirvió como centro de detención y lugar de desaparición de muchos activistas de la Unidad Popular.
Cientos de miles de proallendistas tomaron aquellas especies, registros, carné de partidos, libros y propaganda comprometedora y se deshicieron de ella enterrándolas, quemándolas o botándolas a los cauces de ríos. Se declaró ilegal y proscrito al Partido Comunista y Socialista; los partidos Nacional, Democratacristiano y Radical fueron suspendidos cuando se disolvió el Senado. Se conminó a todos los ciudadanos a entregar sus armas de fuego en las comisarías de Carabineros.
Se instó a denunciar a los adherentes al gobierno, por ser traidores a la Patria, según decía el comunicado militar denunciándolos ante las comandancias y cantones. Se publicaron bandos que instaban a la población a delatar a los líderes más prominentes de la UP tales como Carlos Altamirano, Volodia Teitelboim, José Tohá, Luis Corvalán y otros.
Se llamó a aquellos que tuvieran cargos y representatividades de grupos sociales a entregarse a las comisarías para regularizar su situación. Se detuvieron a miles de personas y fueron conducidas el Estadio Chile y luego al Nacional, a aquellas personas que fueron llamadas a viva voz y respondieron de entre la multitud fueron ejecutadas en el mismo lugar, como es el caso de Víctor Jara.
En la Universidad Técnica del Estado de Santiago, militares hicieron allanamientos y ejecutaron a decenas de estudiantes combatientes en las mismas aulas. Muchas ejecuciones fueron hechas a la "bala en fila". Fueron allanadas las fábricas, las reparticiones públicas y las mineras forzando a los trabajadores a seguir laborando y manteniendo la producción en marcha. En muchas fábricas se realizaron detenciones de todos los sindicalistas y representantes de gremios de la Unidad Popular.
Las poblaciones populares tales como La Legua, La Victoria y San Ramón (La Bandera) fueron allanadas y sus pobladores detenidos en masa. En la Villa La Reina se produjeron ejecuciones sumarias a aquellos líderes que se sorprendieron ocultos. Durante todo el día y la noche y toda la semana se escucharon disparos de ametralladoras en distintos puntos de la capital.
En el sur de país, el 12 de septiembre un grupo trabajadores, campesinos y activistas del Movimiento Campesino Revolucionario intentaron tomarse el retén de carabineros de Neltume en la cordillera valdiviana en un intento fallido de defender el gobierno de la UP, que acabó sin muertos ni heridos. Por dicho acto serían ejecutados sumariamente 12 personas tres semanas más tarde en Valdivia.22
Miles de perseguidos políticos se refugiaron en las embajadas de gobiernos amigos de la Unidad Popular, como es el caso de Suecia, Italia, Canadá, Australia, Dinamarca, México, Unión Soviética y Cuba.
El 15 de septiembre de 1973, Nixon llamó a Kissinger nuevamente. Se lamentaron sobre lo que Kissinger calificó como los diarios llorones y la sucia hipocresía de la prensa por concentrarse en la represión de los militares chilenos y las condenas al rol jugado por Estados Unidos.
En esta conversación telefónica, que fue desclasificada en mayo de 2004,23 Nixon señala:Nuestra mano se mantiene oculta en esto. Y Kissinger replica: No lo hicimos nosotros… Quiero decir, les ayudamos. [Censurado] creó las máximas condiciones posibles…

miércoles, 5 de diciembre de 2012

republica parlamentaria


Golpe de Estado de septiembre de 1924

Junta de Gobierno de 1925.
El golpe de Estado de septiembre de 1924 fue un movimiento militar ocurrido en Chile que generó el fin de la República Parlamentaria y el término de la vigencia de la Constitución de 1833.
Ruido de sables
Artículo principal: Ruido de sables (Chile).
El 13 de mayo de 1924, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto que declaraba que la gratuidad del cargo de parlamentario no obstaba a conceder a los senadores y diputados, mediante ley, asignaciones a título de gastos de representación (dieta parlamentaria). En la sesión de 3 de septiembre del mismo año, el Senado de Chile aprobó en general, en segundo trámite legislativo, dicho proyecto de ley.
A la sesión del día siguiente, un grupo de jóvenes oficiales del ejército concurrió a las galerías del Senado con el fin de expresar su oposición a la aprobación de la dieta parlamentaria y la postergación de la tramitación de las leyes sociales. Dichos oficiales fueron conminados por el Ministro de Guerra a abandonar el recinto. Al hacerlo, hicieron golpear su sables contra la pared como señal de desafío y de respaldo a la agenda social del Presidente Arturo Alessandri Palma.

Comité Militar

El 5 de septiembre de 1925 un grupo de oficiales constituyeron el llamado Comité Militar. Los uniformados concurrieron a La Moneda a expresar su malestar a Alessandri, presentándole una serie de peticiones en relación al despacho de los proyectos de ley que permanecían pendientes, ante lo cual el Presidente se comprometió a buscar solución con la condicionante de que ellos volvieran a sus cuarteles. Aun así los militares chilenos preparaban un golpe a realizare el día 11 de septiembre.

Ante dicha presión, el Congreso Nacional aprobó en las sesiones del 8 al 9 de septiembre las iniciativas de corte social: jornada laboral de ocho horas, supresión del trabajo infantil, reglamentación del contrato colectivo, la ley de accidentes del trabajo y seguro obrero, legalización de los sindicatos, la ley de cooperativas y la creación de los tribunales de conciliación y arbitraje laboral; todas pospuestas anteriormente por ambas cámaras legislativas.

Sin embargo, el comité militar prefirió seguir funcionando, y le pidió a Alessandri que disolviera el Congreso. Tras este hecho, Alessandri, sumergido en una situación que ya no podía manejar, vio su poder en jaque y prefirió renunciar y autoexiliarse a Europa el 9 de septiembre. El Congreso, sin pronunciarse sobre la renuncia, se limitó concederle una autorización para ausentarse del país por seis meses, lo que hizo efectivo al día siguiente.
Junta de Gobierno

El 12 de septiembre, se instaló una junta de gobierno, presidida por Luis Altamirano, que decretó ese mismo día la disolución del Congreso Nacional, tras 93 años de funcionamiento ininterrumpido.

Plebiscito constitucional de Chile de 1925

El Plebiscito constitucional de 1925 fue un referéndum vinculante realizado en Chile, el 30 de agosto de 1925, por el cual se aprobó la Constitución Política de 1925.
La convocatoria a dicho plebiscito estaba regulada por los Decretos Leyes N° 461 (21 de julio) que fijaba la fecha de convocatoria y determinaba la forma del voto, y N° 462 (3 de agosto) referido al procedimiento electoral. Ambos firmados por Arturo Alessandri y publicados en el Diario Oficial el 3 de agosto de 1925.

Origen del plebiscito

Al regresar Alessandri de su exilio el 20 de marzo y según lo expresa en el telegrama de Roma, se propone llevar a cabo una reforma de la Constitución de 1833. La Junta de Gobierno le entrega el mando presidencial ese mismo día y se convoca a una ronda de consultas. Producto de ello se crea una Comisión Consultiva de 122 integrantes: Esta divide en dos comisiones (16 de abril): La Comisión de Reforma, donde Alessandri y su ministro del Interior, José Maza, redactan una constitución de corte presidencialista como era la idea del primer mandatario; y una Comisión encargada de la organización y convocatoria de una Asamblea Constituyente. Esta última no prosperó al no existir acuerdo sobre la Asamblea y la negativa de Alessandri. Para quien la aprobación efectuar por medio de una consulta popular.
Una vez aprobado el texto definitivo, los partidarios de una solución parlamentaria redactan un texto alternativa para que se ponga a consulta también.


Forma y texto del plebiscito



La forma del voto era por medio de cédulas de tres colores. Cada votante debía insertar la de su elección en un sobre y depositarlo en la urna electoral. El contenido de cada una las cédulas eran el siguiente:
Cédula color rojo: Aceptación del proyecto de la Subcomisión de reforma, cuya aprobación pide el Presidente de la República (texto inserto en el voto). En resumen se vota por un régimen presidencialista por medio del proyecto de la Constitución de 1925.
Cédula color azul: Se mantiene el régimen parlamentario con la facultad de la Cámara de Diputados de censurar y derribar Gabinetes y de aplazar el despacho y vigencia de las Leyes de Presupuestos y recursos del Estado (texto inserto en el voto). En resumen se refuerza y formaliza la interpretación parlamentaria de la Constitución de 1833; y
Cédula color blanco: Rechazo a ambas propuesta. Se abre la posibilidad de otros medios para restablecer la normalidad constitucional.
La redacción, efectuada por Alessandri, era claramente inductiva a favor de un régimen presidencial. Más al incluir en la propuesta parlamentaria las principales críticas que se le hacían: alta rotativa ministerial y presión y retraso congresal en la aprobación del presupuesto del Estado (véase República Parlamentaria)

Campaña


La ciudadanía, ya cansada de la experiencia parlamentaria de la Constitución de 1833 y el apoyo directo de Alessandri a la Constitución de 1925 hacían previsible su aprobación. El mismo Alessandri hizo campaña a favor del voto rojo en una conferencia en el Salón de Honor de la Universidad de Chile (3 de julio), un manifiesto dirigido al país (28 de julio) y finalmente por medio de un mensaje radial nacional (17 de agosto). Los partidarios de una solución parlamentaria eran pocos y sin mucho arraigo en la opinión pública. Inicialmente los radicales, conservadores, liberales y liberal demócratas eran partidarios de la solución parlamentaria pero posteriormente llaman a abstenerse de la votación, uniéndose a los comunistas que tenían dicha decisión desde el comienzo. Sin embargo había una apatía política de la ciudadanía como producto de los golpes de estado y continuos cambios de gobierno entre 1924-1925.

Consecuencias


El Presidente Arturo Alessandri encabeza la firma de la Constitución en el Salón Rojo del Palacio de La Moneda.
Con los resultados del plebisicito se dio como aprobada la Constitución de 1925, aunque la abstención (54,63%) superó el resultado de la aprobación, que contó con la participación del 45,37% del padrón electoral.
Por mucho tiempo se usó como argumento de los opositores al régimen presidencial lo precario del apoyo popular. No obstante, ya por los años 1930 la Constitución fue aceptada como una realidad constitucional, jurídica y política por todos los sectores.
La nueva constitución se promulgó el 18 de septiembre del mismo año, entrando en vigencia un mes después.