República Presidencial (Chile)
La República Presidencial es el periodo, de la historia de Chile
comprendido entre la aprobación de la Constitución de 1925 el 18 de septiembre
de 1925, bajo el gobierno de Arturo Alessandri Palma, hasta la caída del
gobierno de la Unidad Popular, dirigido por el presidente Salvador Allende (el
11 de septiembre de 1973).
Inicios y Anarquía
Una vez que Arturo Alessandri Palma obtuvo la aprobación de la nueva
constitución, se vio enfrascado en una agria polémica con su entonces popular
ministro de defensa, el coronel Carlos Ibáñez del Campo. Alessandri había
vuelto del exilio con el fin de dar término a su período presidencial. La
reforma de la constitución lo había convencido de la necesidad de presentar un
candidato único a la presidencia de la república. Pese a lo anterior, las
ambiciones personales de Ibáñez pesaron, y él –en contra de la opinión de su
presidente- apoyó un manifiesto de varios partidos políticos que apoyaba su
propia candidatura. Ante estos hechos, y dado que parecía una candidatura
oficial, el gabinete renunció en plena polémica.
Frente a esta situación Ibáñez presionó al presidente recordándole que sólo
podría gobernar emitiendo decretos con su firma, ya que era el único ministro
del gabinete. Pese a que era técnicamente correcto, Alessandri no soportó la
extorsión, designó a Luis Barros Borgoño como Ministro del Interior, y renunció
por segunda vez a la presidencia el 2 de octubre de aquel año.
Los Gobiernos Radicales (1938-1952)
Artículo principal: Gobiernos Radicales.
El Partido Radical chileno tenía su base ideológica en los principios
igualitarios de la Revolución francesa. Sus base de actuar política se centraba
en sus postulados de libertad, igualdad, solidaridad, participación y
bienestar. Nacido a mediados del siglo XIX como una respuesta a la alternancia
liberal conservadora en los gobiernos de Chile, se encargó de representar de la
mejor forma a la naciente clase media, surgida en base al desarrollo económico
y el crecimiento del Estado. Su triunfo como coalición en el Frente Popular lo
llevó a la cima del poder, pese a que lo largo de su gobiernos sus coaliciones
fueron débiles y no tendieron a durar.
El nacimiento de la política de masas (1952-1964)
El período histórico chileno comprendido entre la segunda elección de Carlos
Ibáñez del Campo y la asunción a la presidencia de Eduardo Frei Montalva
comprende una época de transición política económica.
En efecto, producto de las políticas proteccionistas de los gobiernos
radicales y sus predecesores, se desarrolló una variada (pero no muy fuerte)
industria nacional. Esto provocó un cambio profundo en la estructura económica
del país, puesto que por primera vez la agricultura dejó de ser el mayor sector
productivo, en beneficio de la minería, la industria y un primitivo sector de
servicios.
Por otra parte, la elección presidencial de 1952 presentó un claro esquema
político dividido en tres sectores bastante claros, en particular con el
surgimiento de un gran partido de centro, como el Partido Demócrata Cristiano,
que aglutinó a un amplio espectro de personalidades. Además, por primera vez
las mujeres participaron en igualdad de condiciones con los hombres al momento
de emitir su voto al igual que en la oportunidad de ser candidatas a cualquier
cargo de elección popular.
Revolución y democracia
Después de casi cincuenta años de funcionamiento de la Constitución
Política de 1925, por primera vez entraba al escenario político un partido
nuevo, con serias pretensiones de trascender en la Historia de Chile. El
Partido Demócrata Cristiano inició un proceso de grandes cambios que
repercutirían largamente en el país. Por su lado, en septiembre de 1970,
después de cuatro intentos, llega a la presidencia de la República el primer
militante de un partido de izquierda y marxista declarado, Salvador Allende.
La "Revolución en libertad" y la "Vía chilena al socialismo"
fueron las bases programáticas que llevaron adelante los partidos y las
coaliciones que la sustentaban. En materia económica significó que por primera
vez se estableció una clara preponderancia de la actividad empresaria del
Estado dentro de la vida económica, vía industrias ya existentes o previa
nacionalización de otras (como la Gran Minería del Cobre). Por su parte, la
oposición liberal-conservadora (permanentemente unida en el Partido Nacional)
combatió los cambios dentro y fuera de la escena política.
La aceleración de los procesos de cambio social, el debate, la discusión y
la violencia nunca estuvieron tan presentes en la vida diaria de Chile como en
el período comprendido entre 1964 y 1973, que genera apasionados debates hasta
la actualidad.
Golpe de Estado en Chile de 1973
Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973
Bombardeo al Palacio de La Moneda
Contexto del acontecimiento
Impulsores Fuerzas Armadas
CIA
Gobierno de Estados Unidos1 2
Partido Nacional
y un sector de la Democracia Cristana
Motivos Crisis política,
social y económica, gran cantidad de expropiaciones, violencia callejera
Influencias ideológicas de los impulsores Anticomunismo
Gobierno previo
Gobernante Salvador Allende
(Presidente)
Forma de gobierno República
presidencial
Gobierno resultante
Gobernante Junta Militar
Forma de gobierno Gobierno Militar
El golpe de Estado acaecido en Chile el 11 de septiembre de 1973, fue una
acción militar llevada a cabo por la Fuerzas Armadas y Carabineros para
derrocar al presidente socialista Salvador Allende y al gobierno izquierdista
de la Unidad Popular. A ello le precedió un periodo de alta polarización
política y convulsión económica y social. Los militares contaron con el apoyo
de la derecha política y también de un sector del Partido Demócrata Cristiano.
El golpe fue planeado inicialmente por un sector de la Armada de Chile, con
el apoyo de los Estados Unidos.3 Posteriormente, se agregaron generales de los
altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. El comandante en jefe del
ejército, Augusto Pinochet, asumió la dirección del complot. También hubo
influencia de parte de varios grupos de poder nacionales e internacionales,
entre los que destacó el presidente Nixon,4 5 n 1 el vicepresidente de EE. UU.,
Gerald Ford, George H. W. Bush y la CIA.n 2
Marco histórico
La existencia de
intervención extranjera en Chile se enmarca en un contexto mundial en que
Estados Unidos consideraba como prioritario impedir el avance del marxismo y el
socialismo en América Latina. Sin embargo, considerando la polarización
política local y el desempeño del gobierno de la Unidad Popular, no existe
consenso académico sobre si dicha intervención (expresada fundamentalmente en
apoyo económico a medios de comunicación, partidos políticos y organizaciones
opositores) jugó o no un papel determinante en el desarrollo de los
acontecimientos.
Nixon, apenas asumido,
ordenó derrocar a Allende mediante el Proyecto FUBELT, más conocido como Track
II.6
Una serie de documentos
desclasificados de la Casa Blanca publicados en 2009 revelaron que Nixon, durante
su gestión, ofreció dinero y ayuda discreta al dictador brasileño Emilio
Garrastazu Médici para influir a las fuerzas armadas chilenas con el fin de
derrocar a Allende.7
De acuerdo con papeles
oficiales secretos divulgados por la organización no gubernamental National
Secret Archives, Nixon le preguntó a Garrastazu Médici, en un encuentro en la
Casa Blanca el 9 de diciembre de 1971, si los militares chilenos eran capaces
de derribar a Allende, a lo cual Garrastazu le respondió que sí y «dejó claro
que Brasil estaba trabajando con ese objetivo».7
Eufemismo
Quienes apoyan al golpe de
estado lo denominan pronunciamiento militar, entendiéndolo como un
pronunciamiento o deliberación natural de las fuerzas armadas respecto de
situaciones históricas nacionales. Los detractores de los acontecimientos lo
califican de golpe militar. Ambos conceptos se corresponden con lo que la
teoría política denomina golpe de Estado.
El 11 de septiembre
[editar]Valparaíso
El 10 de septiembre, a las
16:00 horas, zarpa la escuadra, tal y como estaba previsto, ya que debe
participar en las maniobras navales internacionales UNITAS XVI. Mientras el
Ejército se acuartela. La razón dada: el probable desafuero de Altamirano y
Garretón el día 11. Este desafuero, según explicó Pinochet al Ministro de
Defensa Orlando Letelier, podía causar disturbios, por lo que se hacía
necesario el acuartelamiento.
En la madrugada del 11 de
septiembre, la escuadra reaparece en Valparaíso y las fuerzas armadas toman la
ciudad. El prefecto de Valparaíso, Luis Gutiérrez, realiza una llamada por el
único teléfono que funciona en el puerto, el suyo (línea dejada libre a
propósito por los golpistas), para avisar al subdirector de Carabineros,
general Jorge Urrutia, que la infantería de marina está en las calles y ha
empezado a tomar posiciones de combate. Urrutia telefonea al presidente, que se
encuentra en su residencia de Tomás Moro. Allende, calmado, pide ubicar a
Pinochet y a Leigh, pero son inubicables.
[editar]Santiago
A las 7:20, Allende, en su
automóvil Fiat 125, y el GAP se enfilan hacia La Moneda, al que llegan veinte
minutos después.
Viste Allende una chaqueta
de tweed y un pantalón marengo. Carga con un fusil AK-47, regalo de Fidel
Castro, y el GAP ingresa al palacio de gobierno dos ametralladoras y tres
RPG-7, además de sus armas personales.
Paralelamente llega a esas
horas Pinochet al comando de telecomunicaciones, en Peñalolén, con capacidad de
anular las comunicaciones de algunas emisoras de radio, un poco retrasado en la
hora. Se organizan las redes de comunicaciones con las demás ramas de las
Fuerzas Armadas, especialmente con Leigh, que se encuentra en la Academia de
Guerra Aérea, y con Patricio Carvajal que esta en el ministerio de defensa, que
será el coordinador de todo el golpe.
Allende trata de obtener
información sobre el movimiento, al no poder contactar a Pinochet exclama,
"Pobre Pinochet, debe estar preso". Sepúlveda, director general de
Carabineros llega a La Moneda, y le asegura que Carabineros le seguirá fiel al
gobierno. Lo ignora, pero Carabineros ya estaba controlado por los generales
César Mendoza y Arturo Yovane.
Allende emitirá a
continuación su primer mensaje del día a la nación, en el que advierte la
sublevación de un sector de la marinería. No llama al pueblo a las armas ni a
la violencia, sino que a la prudencia. Allende se queda en palacio junto al
dispositivo de seguridad del GAP, sus médicos personales, algunos colaboradores
cercanos, su secretaria personal, como también se encontraban en La Moneda
detectives de Investigaciones de Chile, actual PDI, al mando del Inspector
Seoane, seguido de los detectives Quintín Romero, Eduardo Elis, David Garrido,
detective Medina, entre otros, quienes pese a que Allende anteriormente los
había dejado en libertad de acción, no abandonaron el lugar, aduciendo que
quedarse a defender el palacio, era cumplir con el deber.
[editar]Primera proclama
golpista
A las 8:42, la «Cadena
Democrática», formada por las radios Minería y Agricultura, emite la primera
proclama militar. Allende debe hacer entrega inmediata de su cargo a la junta
de gobierno, integrada por los jefes supremos de las fuerzas Armadas: Pinochet,
Leigh, Merino y Mendoza —los dos últimos recién acababan de tomar las jefaturas
supremas de sus ramas, Armada y Carabineros respectivamente—.
Aún a esa hora, las cadenas
de reacción de la UP en la periferia de la ciudad no se habían agrupado, cosa
que les pareció sorprendente a los oficiales de las FF. AA. que tenían
conocimiento de ellas a través de los informes de inteligencia, de la prensa y de
los mismos sectores de izquierda que aseguraban tener estos grupos de reacción
provistos de armamento liviano. A las 11:00 horas la mayoría de estas cadenas
habían sido anuladas por personal de Carabineros o de las FF. AA., siendo la
única sin desarticular la unidad perteneciente a La Legua, que sorpendió y
repelió a las fuerzas de Carabineros encargadas de anularlas
Consecuencias inmediatas del
golpe
Quema de libros, revistas y
periódicos políticos después del golpe militar.
Se declaró el toque de queda
en todo el territorio nacional a partir de las 15 horas del 11 de septiembre de
1973, se permitió a los civiles previo control abandonar el centro de las
ciudades y dirigirse a sus casas. En Santiago, inmediatamente las instalaciones
de las radios Portales, Magallanes y Corporación, todas las estaciones de TV
excepto Canal 13 fueron silenciadas y sus operadores, locutores y directores
detenidos a las 13.30 horas y llevados al Banco del Estado de Chile. Los
diarios Clarín, El Siglo y otros fueron allanados y sus prensas destruidas.
En las zonas rurales se
detuvieron a muchos dirigentes de la Reforma Agraria, muchos fueron ejecutados
en el lugar de detención. La colonia alemana benefactora Villa Baviera, ubicada
en la zona central, sirvió como centro de detención y lugar de desaparición de
muchos activistas de la Unidad Popular.
Cientos de miles de
proallendistas tomaron aquellas especies, registros, carné de partidos, libros
y propaganda comprometedora y se deshicieron de ella enterrándolas, quemándolas
o botándolas a los cauces de ríos. Se declaró ilegal y proscrito al Partido
Comunista y Socialista; los partidos Nacional, Democratacristiano y Radical
fueron suspendidos cuando se disolvió el Senado. Se conminó a todos los ciudadanos
a entregar sus armas de fuego en las comisarías de Carabineros.
Se instó a denunciar a los
adherentes al gobierno, por ser traidores a la Patria, según decía el
comunicado militar denunciándolos ante las comandancias y cantones. Se
publicaron bandos que instaban a la población a delatar a los líderes más
prominentes de la UP tales como Carlos Altamirano, Volodia Teitelboim, José
Tohá, Luis Corvalán y otros.
Se llamó a aquellos que
tuvieran cargos y representatividades de grupos sociales a entregarse a las
comisarías para regularizar su situación. Se detuvieron a miles de personas y
fueron conducidas el Estadio Chile y luego al Nacional, a aquellas personas que
fueron llamadas a viva voz y respondieron de entre la multitud fueron
ejecutadas en el mismo lugar, como es el caso de Víctor Jara.
En la Universidad Técnica
del Estado de Santiago, militares hicieron allanamientos y ejecutaron a decenas
de estudiantes combatientes en las mismas aulas. Muchas ejecuciones fueron
hechas a la "bala en fila". Fueron allanadas las fábricas, las
reparticiones públicas y las mineras forzando a los trabajadores a seguir
laborando y manteniendo la producción en marcha. En muchas fábricas se
realizaron detenciones de todos los sindicalistas y representantes de gremios
de la Unidad Popular.
Las poblaciones populares
tales como La Legua, La Victoria y San Ramón (La Bandera) fueron allanadas y
sus pobladores detenidos en masa. En la Villa La Reina se produjeron
ejecuciones sumarias a aquellos líderes que se sorprendieron ocultos. Durante
todo el día y la noche y toda la semana se escucharon disparos de
ametralladoras en distintos puntos de la capital.
En el sur de país, el 12 de
septiembre un grupo trabajadores, campesinos y activistas del Movimiento
Campesino Revolucionario intentaron tomarse el retén de carabineros de Neltume
en la cordillera valdiviana en un intento fallido de defender el gobierno de la
UP, que acabó sin muertos ni heridos. Por dicho acto serían ejecutados
sumariamente 12 personas tres semanas más tarde en Valdivia.22
Miles de perseguidos
políticos se refugiaron en las embajadas de gobiernos amigos de la Unidad
Popular, como es el caso de Suecia, Italia, Canadá, Australia, Dinamarca,
México, Unión Soviética y Cuba.
El 15 de septiembre de 1973,
Nixon llamó a Kissinger nuevamente. Se lamentaron sobre lo que Kissinger
calificó como los diarios llorones y la sucia hipocresía de la prensa por
concentrarse en la represión de los militares chilenos y las condenas al rol
jugado por Estados Unidos.
En esta conversación telefónica,
que fue desclasificada en mayo de 2004,23 Nixon señala:Nuestra mano se mantiene
oculta en esto. Y Kissinger replica: No lo hicimos nosotros… Quiero decir, les
ayudamos. [Censurado] creó las máximas condiciones posibles…
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